En diciembre de 2010 los televidentes chilenos quedaron asombrados ante la presencia de la empresaria que en medio de una multitud acudió personalmente en representación de la familia Luksic a dar su donativo anual para la campaña del Teletón, para apoyar a niños con discapacidad.
Desde entonces, la aparición de Fontbona en los medios se volvió casi una tradición, pues cada diciembre se repetiría como en un acto periódico, su puesta en escena al grado en el que ésta se volvió cada vez más esperada; en cada anuncio los espectadores aguardaban el deletreo de la cifra millonaria que los Luksic donarían y a la unión de los labios de Fontbona al cerrar dicha oración seguía siempre el aplauso del público. Y de nuevo el silencio; de ahí en fuera la oriunda de Antofagasta volvería a dirigir en el anonimato el imperio que creó junto a su marido.
En 1959 Iris Fontbona González tenía 17 años y se convirtió en la segunda esposa del empresario Andrónico Luksic Abaroa, quien le llevaba casi 20 años de diferencia. Para entonces Luksic había empezado a construir su fortuna tras la compra de una de sus minas por el japonés Nippon Minning.
Se dice que los asiáticos habían confundido el precio de la adquisición y en lugar de pagar 500 mil pesos, pagó 500 mil dólares; el error ayudó al empresario a iniciar uno de los negocios mineros más importantes de Sudamérica. Pero quizá Andrónico no habría expandido a tal grado su fortuna de no ser por la visión de Fontbona, que con una perspectiva más joven, ayudó a expandir los giros de participación para llegar a conformar un conglomerado con participación en el sector financiero, con la compra de más de 50 por ciento del Banco de Chile; la madera, el transporte marítimo, cervecero, el sector de combustibles e incluso la adquisición de 70 por ciento del canal 13 de la televisión nacional.
El matrimonio Luksic-Fontbona tuvo tres hijos: María Gabriela, María Paola y Jean-Paul; la familia quedaría conformada así por ellos y los dos hijos del primer matrimonio, Andrónico y Guillermo.
